El sistema de extinción por agua es el más utilizado por su bajo coste y su alta efectividad a la hora de controlar y suprimir los fuegos.
Sus características convierten a este sistema en el más exitoso. El agua es fácil de transportar y bombear pudiéndose obtener de acueductos públicos, pozos, largos, ríos o piscinas, entre otros. La facilidad que aporta para su uso en la extinción de incendios lo convierte en el método más elegido, siendo estable, poco corrosivo y no tóxico. La seguridad que aporta en compartimentos ocupados lo convierte en un sistema óptimo para la extinción.
Los principales mecanismos del agua para control o extinción del fuego son:
- Sofocación
- Emulsifación
- Dilución